viernes, 29 de agosto de 2014

La mirada de los wichis sobre su entorno en "Tunteyh o el rumor de las piedras"

#cine #indigena #video #documental #Argentina #Wichis #Salta #Cultura #MedioAmbiente

Filmada íntegramente en la comunidad aborigen del kilómetro 2, en el Chaco salteño, ya se estrenó en Salta. La temática aborda el tema del agua del Pilcomayo como principal preocupación de los pobladores.


A la cineasta Marina Rubino la comunidad wichi le es muy familiar, porque desde 2002 trabaja junto a ellos en realizaciones audiovisuales, interesada en las particularidades de los pueblos indígenas argentinos.
Ahora estrenó "Tunteyh o el rumor de las piedras", continuación del filme realizado en 2002-3 "Wichi del monte y del río", documental que integró la serie "Culturas en contacto" emitida por la TV Pública. "Me quedaron muchas cosas pendientes, especialmente en temática ambiental. Quise reflejar en este trabajo lo que la gente sufre por el desvío y la contaminación del río Pilcomayo, su principal sustento, por la deforestación, por tantas imposiciones del hombre blanco que lo puede todo y lo hice desde la mirada del poblador", explica Marina Rubino en diálogo con El Tribuno, tras presentar la película en el cinemóvil en la propia comunidad Nop ok wet, del kilómetro 2, ruta nacional 86, en el Chaco salteño. El fin de semana pasado hizo lo propio en el Espacio Incaa Hogar Escuela, con la presencia de los protagonistas, Guillermina Martínez y Jairo Martínez, integrantes del pueblo wichi y actores principales del filme.
"Como además soy maestra, me encanta trabajar sobre la capacidad lúdica de los chicos y en esto construyo las películas también como un juego en mi vida. El juego de piedras o tunteyh significa además, desde mi punto de vista, una forma de resistir a los cambios, tanto como el idioma de los pueblos, y trabajé sobre el respeto que se merecen ", dice.
Una calificación personal
Aunque el Incaa la calificó dentro del género documental, Rubino duda de ese rótulo y considera que la película "es un recorte y una mirada de la realidad. Hay quienes lo ven como documental, pero en Montréal (Canadá) la calificaron como ficción. Esto hace ver que la cinta está en un borde porque toma los hechos de la realidad, pero tiene mucho que ver con los sueños, con las historias míticas. En definitiva, que cada uno la clasifique como más le guste".
El hilo de la historia es el agua, esa que desde el Pilcomayo es vida, sustento e identidad de los lugareños. Rubino ratifica que se teje la relación ancestral del pueblo, donde la naturaleza estructura y compone el principio fundamental de la realidad, pero también muestra cómo a través del rumor entran las dudas y el temor que hace buscar la fuerza para que no los arrastren voluntades ajenas. 
La realizadora hizo este filme con recursos de una beca que ganó a través del Fondo Nacional de las Artes y concursó en el Incaa para el fomento de audiovisuales.
Ahora está preparando su próxima película sobre la vida de Ivonne Pierron, una monja francesa de más de 80 años, que trabaja en un hogar para madres guaraníes en Misiones y que fue compañera de dos religiosas desaparecidas durante la última dictadura. Esta cinta también será subtitulada, "porque me gusta que las historias que cuento sean en la lengua materna de sus protagonistas", concluye.
Un tejido argumental que le valió reconocimiento a nivel internacional
Con 74 minutos de duración y subtitulada, la cineasta tomó el nombre del juego con cinco pequeñas piedras conocido en el país como payana y que en wichi se dice tunteyh. Esta diversión infantil se mezcla a lo largo del relato que tiene su eje en los rumores que generan preocupación a la comunidad Nop ok wet.
Mientras la cámara recorre el lugar, el principal protagonista, Jairo, habla con temor sobre esos rumores: "Dicen que desviaron el río hacia Paraguay para regar los campos y por eso casi no hay peces. Dicen que están desmontando hacia el norte y por eso no hay plantas de chaguar cerca y la zona se inunda porque no hay árboles que detengan el agua. Dicen que las minas de Bolivia tiran veneno al río. Dicen que los niños tienen que rezar en la escuela a un dios ajeno. Dicen...". Esto es parte del guión que elaboró la cineasta para visualizar el fenómeno del rumor como motor de la actividad cultural, cómo crece, se multiplica, se deforma y se filtra.
La película se estrenó en el 28º Festival Internacional de Cine de Mar del Plata y ya ha recorrido más de quince festivales de América y Europa. Hace pocos días recibió el segundo premio en el 24º Festival Presénce Autochtone, Terres en Vues - Land Insights de Montreal, Canadá.

Marita Simón
Fuente: http://www.eltribuno.info/la-mirada-los-wichis-su-entorno-tunteyh-o-el-rumor-las-piedras-n436629

jueves, 28 de agosto de 2014

Documental sobre comunidad huichol refleja el conflicto entre el desarrollo y la preservación de la cultura

#cine #indígena #documental #video #huicholes #wirikuta #peyote #UNESCO

Camila Dentone  13:27 hrs.
huicholes2
El Centro Arte Alameda presenta entre el 26 y 28 de agosto el documental “Huicholes: Los Últimos Guardianes del Peyote”, una obra que retrata la lucha de esta comunidad indígena por preservar el territorio de Wirikuta, lugar declarado por la UNESCO como uno de los Sitios Sagrados Naturales y Culturales.
El documental retrata el conflicto que vive el pueblo mexicano Huichole, una de las últimas culturas prehispánicas vivas en Latinoamérica, comunidad que intenta preservar Wirikuta, un territorio desértico de 140 mil héctareas declarado por la UNESCO como uno de los Sitios Sagrados Naturales y Culturales.
En 2010, el gobierno mexicano entregó concesiones a grandes empresas transnacionales mineras para explotar la zona, un hecho que de concretarse, afectaría no solo la biodiversidad del medioambiente, sino que también un territorio que es de gran importancia simbólica para el pueblo huichole. Así lo afirma Hernán Vilchez, director del documental que refleja la lucha de esta comunidad. “Si este lugar es dañado, primero perderían esta diversidad, este lugar donde ellos aprenden y enseñan a los niños esta medicina que es el peyote, que les enseña el camino personal, comunitario, familiar y espiritual. Por otro lado ellos trabajan por la regulación del clima de esa zona desértica con sus ofrendas y  pagos a los dioses para que haya lluvia y buenas cosechas, para que el ciclo vital se reanude todos los años”.
huicholes
Si bien una de las empresas mineras que ya está instalada en el territorio ubicado en el estado mexicano de San Luis Potosí se ha comprometido a entregar puestos de trabajo y a no afectar el medioambiente, investigadores y activistas aseguran que la actividad extractiva amenaza la biodiversidad del territorio.
“El resultado de este tipo de  explotaciones es básicamente un tema ecológico muy grave que afecta al lugar. Además, se produce una situación económica muy dispareja: según los estudios que se hicieron en la película, cerca del 90 por ciento de la riqueza va para fuera del país, entonces, tampoco desde lo económico es beneficioso. Por lo tanto, uno se pregunta cuál es el beneficio de hacer una explotación de este tipo en un lugar tan importante como Wirikuta.”, sostiene Vilchez.
“Huicholes, Los Últimos Guardianes del Peyote” será exhibido este miércoles 27 de agosto a las 19:00 hrs en el Centro Arte Alameda. Además, el documental se presentará en el marco de una selección especial del festival de cine y video indígena de la Cineteca nacional de Chile este jueves 28, desde las 17:00 hrs, en el Centro Arte Alameda. Las entradas cuestan entre $3.500 y $5.000. Para más información, visita la página del Centro Arte Alameda. 

Fuente: http://radio.uchile.cl/2014/08/26/documental-sobre-comunidad-huichole-refleja-el-conflicto-entre-el-desarrollo-y-la-preservacion-de-la-cultura

martes, 26 de agosto de 2014

Filmes indígenas são tema de mostra em São Paulo

#cine #indigena #cultura #patrimonio #∫aopaulo #brasil  


De 15 a 22 de agosto, povos indígenas de 15 diferentes etnias localizadas nas regiões Norte e Centro-Oeste exibem 34 filmes na primeira Mostra de Cinema Indígena – Aldeia SP. Com sessões no Centro Cultural São Paulo (CCSP) e em 13 Centros Educacionais Unificados (CEUs), o festival reúne curtas-metragens feitos em cursos de formação de jovens cineastas indígenas realizados em diversos Pontos de Cultura Indígenas (PCIs). 


Alice Fortes
Os 34 filmes da mostra foram produzidos nos Pontos de Cultura IndígenasOs 34 filmes da mostra foram produzidos nos Pontos de Cultura Indígenas
Além dos filmes, serão realizados bate-papos e rodas de conversa com os cineastas e lideranças. De 19 a 22, os filmes serão exibidos em 13 unidades do CEU, sempre às 14, 16h, 19h30 e 21h30. Todas as sessões serão seguidas de bate-papos com os realizadores.

A maior parte dos filmes é não-ficcional e foi filmada em idioma local, com legenda em português, como forma de incentivar a preservação dessas línguas. Este é um dos temas do curta As Palavras de Minha Avó, de Vakunú Shãwãdawa e Txanda Shãwãdawa. Baishadi, avó de Vakunú e última falante da língua Shãwãdawa, lembra das canções que ouvia de seu avô, prepara caiçuma para a família, mostra as danças do veado e do sapo encantado e ensina seu idioma aos netos. O filme foi realizado por alunos Shãwãdawa no Ponto de Cultura Indígena Say Dawa, no Acre.

Ayani por Ayani, dirigido por Ayani Huni Kui, relata a vida da avó e a forte relação que existe entre as gerações. A avó fala sobre a importância da tradição e ensina os netos a desenharem com urucum. O curta-metragem de 20 minutos foi feito por alunos do povo Huni Kuin no Ponto de Cultura Indígena Beya Xinã Bena, na aldeia São Joaquim, também no Acre.




Atualmente, o Brasil conta com 150 PCIs espalhados pelas cinco regiões do país | Foto: Alice Fortes

Línguas, lendas, tradições, rituais sagrados, cura, culinária, danças, cantos, caça, pesca... É este o objetivo da mostra: apresentar a rica cultura dos povos originários, promover sua identidade e diversidade e aproximá-los da cidade de São Paulo. Alguns dos filmes tratam também sobre suas demandas e lutas, seja pela sobrevivência ou contra empresas que se apropriam de suas terras. Tudo isso registrados a partir de seus próprios pontos de vista.

Esta é a primeira edição do festival, que integra a programação da I Mostra Cultural Agosto Indígena, evento promovido pela Prefeitura de São Paulo, com espetáculos de dança, oficinas de artesanato e língua guarani, seminários e exposições fotográficas em 23 unidades do CEU. Esta iniciativa, que vai até 30 de agosto, integra um programa de valorização e reflexão sobre a história dos índios brasileiros, visto que a capital paulista é a quarta cidade em população indígena no país, com cerca de 13 mil pessoas.

Produção cultural
Os 34 filmes da mostra foram os primeiros produtos feitos nos Pontos de Cultura Indígenas (PCI), implantados há quatro anos em uma parceria entre a Rede Povos da Floresta, o Vídeo nas Aldeias, a Associação de Cultura e Meio Ambiente, a Funai e o Ministério da Cultura. Atualmente, o Brasil conta com 150 PCIs espalhados pelas cinco regiões do país.


Fonte: RBA

http://www.vermelho.org.br/noticia/247929-11

lunes, 25 de agosto de 2014

Mostra de Cinema Guarani

#cine #indigena #guarani #video #cultura #saopaulo #brasil

Agosto Indígena en São Paulo, ‪#‎Brasil‬- Descolonizando el imaginário ‪#‎cinema‬ ‪#‎indigena‬



Más Información: http://programavai.blogspot.com.es/

Tradición indígena llega al Cine Magaly

#cine #indigena #video #documental #wayuu #patrimonio #cultura #artes

La película “La eterna noche de las doce Lunas” de Priscila Padilla entra hoy a la cartelera
Una práctica cultural milenaria que tiene la comunidad indígena Wayúu, en Colombia, que marca el desarrollo de las niñas a la etapa de adultez, invita a la reflexión en el Cine Magaly.
Se trata de la película “La eterna noche de las doce Lunas” de la directora Priscila Padilla, la cual entra hoy en cartelera y ahonda en una tradición que tiene más de 200 años de existencia.
El filme se centra en la experiencia de la niña Fila Uriana, conocida en su comunidad como Pili, quien está en plena pubertad.
La llegada de su primera menstruación hace que la menor deba cumplir una tradición llamada “el encierro”, en el que debe ser aislada y atravesar unos rituales indígenas propios de su cultura, para aprender a ser mujer en su soledad.
Ese proceso dura un año, que la comunidad indígena contabiliza sumando 12 lunas, 365 soles y una precipitación, y ahí es cuando a las niñas se les inculcan valores como el respeto y la responsabilidad, así como los quehaceres de la casa y una labor muy importante para la mujer Wayúu: tejer.
Al finalizar el encierro, la niña es presentada ante los demás miembros de la sociedad como una señorita o majayut. Entonces se realiza una gran fiesta en su honor, simbolizando el comienzo de su nueva vida como adulta.
La película dura 87 minutos y, para su realización, la directora convivió directamente con la comunidad indígena.
“Yo quería contar a través de una niña cómo se daba ese proceso, y mostrarle al mundo cómo esta práctica cultural, que la gente piensa que no existe, es una herramienta de reflexión, donde la mujer empieza a conocer su cuerpo, y a asumir el papel que la mujer Wayúu representa en su comunidad”, afirmó Padilla en un comunicado.
La cinta ha participado en varios encuentros del sétimo arte internacionales. Por ejemplo formó parte de la Selección Oficial del Festival Internacional de Cine de Berlín, Alemania, 2013.
Además recibió el Premio India Catalina en el Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias, Colombia, 2013.
Carolina Barrantes
cbarrantes@larepublica.net
@cbarrantesLR

Eco de la montaña, una descontextualización del retrato indígena

#cine #indigena #cultura  #huichol  #patrimonio #indigenous #film 

Tomada de: iconica.cinetecanacional.net/
Tomada de: iconica.cinetecanacional.net/
Gustavo E. Ramírez Carrasco | Icónica
Después de navegar por la arquitectura y la música, Nicolás Echevarría empezó a hacer documentales a principios de los 70. Sus películas tempranas, que retrataron la vida de varios grupos indígenas de México (coras; tarahumaras o rarámuris; nahuas; huicholes o wirrárikas, entre otros) coincidieron con el principio del auge de una producción audiovisual indigenista auspiciada por instituciones oficiales (especialmente por el entonces Instituto Nacional Indigenista, encargado de suministrar y regular –en el argot de las políticas públicas– una estrategia nacionalista de “integración” de los distintos grupos étnicos del país al Estado mexicano moderno), pero siempre se mantuvieron al margen de esa oleada.
La búsqueda de Echevarría apuntó claramente en una dirección distinta a la de aquellas películas que durante casi dos décadas (los 70 y los 80) se enfocaron en hacer, no sin algunos aciertos, una lectura monográfica de los grupos indígenas y campesinos del país, sus problemáticas históricas, sus condiciones socioeconómicas o sus cualidades artísticas –como ejemplos notables, algunos los documentales de Federico Weingartshofer (Semilla del cuarto sol, 1982), Juan Carlos Colín (Hach Winik, 1986), Juan Francisco Urrusti (Brujos y curanderos, 1981) o Carlos Maldonado (Laguna de dos tiempos, 1983)–. En lugar de eso, Echevarría sumergió a su cine en una experiencia religiosa y estética que desbordaba la visión sociológica y se sumergía en una poética de lo “otro”; una fascinación emparentada con la exploración psicotrópica de algunos pueblos por el desierto, que encontró en las posibilidades de la imagen en movimiento una forma de fijarse.
Echevarría utiliza la elaboración de una mural de chaquira por el artista wirrárika Santos de la Torre para representar la cosmogonía de su pueblo a partir de pasajes, como en un retablo barrroco. 
Han pasado unos cuarenta años desde la incursión “etnográfica” de Echevarría en el territorio cora de Nayarit para la realización de su primera película (al menos, la primera que se conserva y se reconoce), Judea (1973), un ensayo experimental sobre los ritos de aquel grupo étnico, con música de Mario Lavista –con quien Echevarría formó años antes un grupo de improvisación musical– y una propuesta vanguardista inédita en el documental mexicano de esos años.
Después de dirigir algunos documentales históricos (Maximiliano y Carlota, 2004;  Memorial del 68, 2008), con Eco de la montaña, estrenada hace unos meses en el Festival de Guadalajara, el director vuelve a su tema predilecto, o por lo menos, a aquel que le ha dado notoriedad: la visión indígena (Poetas campesinos, 1980; Niño Fidencio, el taumaturgo de Espinazo, 1980; María Sabina, mujer espíritu, 1978).
Eco de la montaña propone una cierta descontextualización del retrato indígena efectuado por Echevarría en películas anteriores. No se emplaza en el recóndito (tal vez ya no tan recóndito) territorio wirrárika (o “huichol”) para extraer de ahí un relato poético de observación, como en su película de 1979 Teshuinada, semana santa Tarahumara. Tampoco orquesta una pieza cinematográfica atonal al estilo de la cubista Judea; pero como ésta última, se inserta en la cosmovisión indígena a partir de un recorrido, aunque esta vez algo distinto: Echevarría utiliza la elaboración de una mural de chaquira por el artista wirrárika Santos de la Torre para representar la cosmogonía de su pueblo a partir de pasajes, como en un retablo barrroco. Aprovecha el viaje para hacer una declaración de principios políticos, algo inédita en su obra sobre los pueblos indígenas: a pesar de que uno de los murales del artista fue expuesto en el Museo parisino de Louvre e inaugurado por los presidentes Jacques Chirac y Ernesto Zedillo en la década de los 90, Santos de la Torre no fue invitado al evento ni remunerado en su totalidad por la obra.
*Este texto fue originalmente publicado en Icónica, visita su sitio aquí.

Fuente: http://ladobe.com.mx/2014/08/eco-de-la-montana-una-descontextualizacion-del-retrato-indigena/

sábado, 23 de agosto de 2014

Competirán 27 trabajos en el Festival de Cine Indígena


#cine #indígena #video #audiovisual #cultura #medios #comunitarios #México

FOTO: Atsirí Macias / Quadratín
Se realizará la décima edición del Festival de Cine y Video Indígena del 25 al 30 de agosto, el cual, tendrá como sedes el Teatro José Rubén Romero Flores de la ciudad de Morelia y el museode los Cuatro Pueblos Indios, La Huatapera en la ciudad de Uruapan. El objetivo del festival es el de incentivar y difundir materiales audiovisuales que muestren la diversidad cultural de nuestra entidad y del país. El presente año se presentaron a competir 27 trabajos, de los cuales fueron seleccionados 10 de San Luis Potosí, Oaxaca, Ciudad de México, Yucatán, Veracruz, Nayarit, Chihuahua y Michoacán.


A la par de  los nuevos trabajos que se estarán presentando, durante la presente edición del festival, se hará una retrospectiva de los videos ganadores del 2008 al 2013, retrospectiva que concluirá con la presentación del video “Murmullos del Volcán” del desaparecido videasta Valente Soto Bravo y primer realizador audiovisual indígena purépecha. Las temáticas que abordan los trabajos van desde los rituales Tepehuanos, hasta las inquietudes de la juventud indígena contemporánea en Veracruz, sin dejar de lado los registros de las técnicas artesanales de Oaxaca o la encomiable lucha por los derechos de las mujeres mayas. Rafael Muñiz Cruz, delegado estatal de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, expresó que: “en el concurso existen dos primeros lugares a quienes se les dará una pieza artesanal a  cada uno y un monto de 12 mil 500 pesos”. Los trabajos generados son itinerantes, los cuales se muestran en el interior del estado y en algunos foros de la República Mexicana, además de que sus realizadores por propio interés, inscriben sus trabajos a diversos festivales de cine en México y el extranjero. Los proyectos participantes son: GuKautab, rituales Tepehuanos en los cerros de Clementina Campos Reyes; Son nuestros bosques de Dominique Jonard; Ña´aKikuIsaa, KikuSa´ma, mujeres tejiendo nuestra cultura de Laura Margarita Quiroz Ruiz; U ximbalkolelo´obtziluk´uchuktziupajtalilo´o, el caminar de las mujeres hacia sus derechos. Tambien participan: Romála, retratos de un juego a través de un pueblo de Mauricio Gasca Heredia; Nenek de Sabdyel Almazán; Kavasushi, cueva mágica de Giovanni Maldonado; el arte de Kukame de Selene Hernández Carrillo. ItlachialitlChokomeIwaTakome, el despertar de la juventud de Ángel Lagunes Rodríguez y los hilos que nos tejen de Melissa Elizondo Moreno. Todas las proyecciones tanto en Morelia como en Uruapan se llevarán a  cabo a las 18:00horas.


Redacción/Quadratín -A  A + MORELIA., Mich, 21 de agosto de 2014.-
El texto original de Éste artículo fue publicado por Agencia Quadratín en la siguiente dirección: http://www.quadratin.com.mx/cultura/Competiran-27-trabajos-en-el-Festival-de-Cine-Indigena/

viernes, 22 de agosto de 2014

Se imparte el “Taller de Cine Documental” en comunidades indígenas

#cine #Indigena #medios #cultura #audiovisual

Oaxaca, México.
- El Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC), con el apoyo de La Secretaría de las Culturas y Artes de Oaxaca (SECULTA), la Secretaría de Asuntos Indígenas (SAI) y Ojo de Agua Comunicación, lleva a cabo desde el día 14 de agosto un “Taller de Cine Documental” entre comunidades indígenas del estado de Oaxaca.
centro2Dicho taller que concluirá actividades el próximo día 28, tiene como finalidad que de manera intensiva, los participantes actualicen sus conocimientos en el proceso de producción y creación de un material documental en video.

La impartición de este Taller de Cine Documental está a cargo de profesores del mismo Centro de Capacitación Cinematográfica: Lucrecia Gutiérrez, en edición; Gabriel Hernández como profesor de fotografía; Guadalupe Miranda en dirección y Carlos Rossini, quien compartirá sus conocimientos en las tres áreas mencionadas.
Son 21 jóvenes quienes en una primera etapa presentaron igual número de propuestas para su realización, de los cuales solo cuatro de ellos se producirán y se dará prioridad a aquellos materiales que contemplen un mensaje de fortalecimiento de los derechos de las comunidades indígenas.
La materialización de los cuatro proyectos seleccionados representa la segunda etapa de este taller. Contará con el apoyo de grupos de producción organizados entre los participantes, de tal manera que todos se verán involucrados en las distintas áreas y procesos que implica la realización de un video documental.
Al final del taller, se mostrarán las producciones terminadas, mismas que formarán parte del archivo de las dependencias involucradas.
De esta manera, la SECULTA apuesta por la actividad artística como un medio propositivo en cualquier tipo de problema social, ya que es a través del arte y sus disciplinas como una sociedad puede sensibilizarse y lograr así, mejores y más amables caminos de desarrollo.
Publicado por @Shinji_Harper el Miércoles, 20 agosto 2014
Fuente: http://ciudadania-express.com/2014/08/20/ccc-imparte-el-taller-de-cine-documental-en-comunidades-indigenas/

jueves, 21 de agosto de 2014

3ERA EDICIÓN FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE Y VIDEO INDÍGENA


Por Celeste Hernández

El cine es importante para la cultura audiovisual de México, sin embargo, la preocupación por la integración del quehacer cinematográfico indígena y no indígena da como resultado la 3er muestra del Festival Internacional de Cine y Video Indígena (FICVI) “Mirando desde nuestra raíz”, que se llevará a cabo del 1 al 8 de noviembre del 2014 en Puebla, México.

El FICVI no se limitará al cine y, de manera paralela a las funciones, se realizarán conferencias, exposiciones, presentaciones de libros y se impartirán talleres de cine y video, además de otras actividades.

La muestra logra concebir así un espacio de encuentro para cineastas experimentados y público interesado en escuchar la voz de artistas que producen fuera de los canales habituales, compartiendo y difundiendo las obras cinematográficas y audiovisuales de realizadores de origen indígena de nuestro país y del mundo entero sin importar el género de la producción (documental, ficción, animación, etc.)

El FICVI es una iniciativa del Centro Internacional en Artes y Ciencias Cinematográficas AC (CINEARTE) institución que promueve e imparte la enseñanza de la cinematografía en la Ciudad de Puebla.

Para conocer la convocatoria, visita cineindigena.org
-Fuente: http://picnic.co/contenidos/639-ficvi#sthash.y8IWYHWD.dpuf

México: Continúa Muestra Internacional de Cine y Video Indígena “Tejiendo nuestra audiovisión”


A partir del miércoles 6 de agosto a las 16 horas, la  Muestra Internacional de Cine y Video Indígena “Tejiendo nuestra audiovisión” tendrá como sede la Universidad del Claustro de Sor Juana, ubicada en la Ciudad de México.

Esta Muestra tuvo como primera sede el Museo de la Luz de la capital mexicana, y continuará exhibiendo lo mejor del cine y video indígena hasta el 22 de octubre de este año, fecha en que será clausurada en el estado de Oaxaca.

La Muestra Internacional de Cine y Video Indígena, Tejiendo nuestra audiovisión es organizada por el colectivo Cine y medios comunitarios. En ella se exhiben más de 50 títulos provenientes de México, Bolivia, Guatemala, Surinam, Ecuador, Colombia, Chile, Paraguay, Israel, Francia e India.


Para detalles sobre la muestra, consultar el sitio web: http://cineymedioscomunitarios.wordpress.com/

Tunteyh, el rumor de las piedras

El punto de partida es el Tunteyh, juego infantil transmitido de generación en generación con fines didácticos entre los Wichí, se practica con piedras que representan a los hijos y consiste en ir tomando las mismas del suelo al tiempo que se arroja una de ellas al aire y se vuelve a tomar sin que caiga al piso, quien tiene más piedras, amplia su familia y se queda con más hijos. Este juego es una de las prácticas culturales que se ha convertido en un modo de resistencia cultural.

Nuestro guía es Jairo, un joven de la comunidad quien trabaja como maestro auxiliar bilingüe en la escuela primaria, para así acompañar la educación estatal de los niños Wichí, quienes son educados por maestros hispanohablantes.


Producción
Grupo Documenta -- INCAA Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales
Realizado con una Beca del Fondo Nacional de las Artes
Con el apoyo de Consejo Nacional de la Mujer Indigena y Fundation Decennium -- The Indigenous Council in the Netherland

País: Argentina
Duración: 74 min
Año: 2013
Formato de grabación DVC Pro HD
Formato de exhibición: HD Cam, LTO, Blu ray, DVD




Trailer y sinopsis completa:
http://www.obsidianatv.com/video/34/tunteyh--rumor-las-piedras

Bolivia: Pre cumbre de comunicación indígena Originaria Campesina

Bolivia será sede de la III Cumbre Continental de Comunicación Indígena del Abya Yala en el año 2016. En septiembre de 2014 se ha previsto el desarrollo de una Pre Cumbre preparatoria que tendrá sede en la ciudad de Cochabamba. la cual se desarrollara a partir del 17 de septiembre de 2014.
Pre cumbre de comunicación indígena Originaria Campesina.
Fuente: APC Bolivia
Agosto 9.(APC Bolivia).- Bolivia será sede de la III Cumbre Continental de Comunicación Indígena del Abya Yala en el año 2016. En septiembre de 2014 se ha previsto el desarrollo de una Pre Cumbre preparatoria que tendrá sede en la ciudad de Cochabamba.
Antecedentes.-
En el marco de la IV Cumbre de Pueblos Indígenas de Abya Yala, realizada en Puno-Peru en 2009, se abrió una Mesa de Comunicación que definió convocar a la Primera Cumbre Continental de Comunicación, evento que se desarrolló en Cauca, Colombia en noviembre de 2010. La segunda Cumbre tuvo lugar en México en octubre de 2013. En este segundo encuentro se hizo una invitación a Bolivia para ser sede de la III Cumbre. Dicha invitación quedó impresa en la Declaración de la mencionada II Cumbre Continental.
Por su parte en la V Cumbre de Pueblos Indígenas que tuvo como sede a Colombia en octubre de 2013, se realizó una Mesa de Comunicación en la que se ratificó esta invitación y definió dar un plazo de para que las organizaciones de Bolivia pudieran analizar esta invitación y dar o no su conformidad.
En el mes de diciembre de 2013 tuvo lugar en Cochabamba, Bolivia el VII Taller de la Red Regional de Comunicación Indigena Abya Yala (impulsada por CLACPI- Coordinadora Latinoamericana de Cine y Comunicación de los Pueblos Indígenas). Al finalizar este evento por convocatoria de las 5 organizaciones del Pacto de Unidad (CNMCIOB BS, CSUTCB, CSCIOB, CIDOB, CONAMAQ) con presencia de CAIB y CEFREC y tomando en cuenta la presencia de diferentes organizaciones indígenas internacionales asistentes, incluyendo a CLACPI y de los coordinadores de las I y II Cumbres de Comunicación, además de la presencia de delegados de la Asamblea Legislativa Plurinacional y Ministerio de Comunicación; se definió realizar una reunión en la que se confirma esta invitación y ratifica a Bolivia como sede de la III Cumbre.
Para desarrollar este proceso se vio necesario conformar un Comité Organizador a la cabeza de las Organizaciones nacionales indígenas campesinas antes mencionadas, que junto a CAIB, reparticiones del estado y colectivos de comunicación pudieran trabajar en este proceso y garantizar el desarrollo de la Pre Cumbre.
Así mismo se recomendó que las organizaciones del Comité de Seguimiento Internacional puedan fortalecer su trabajo de seguimiento y acompañamiento activo de este proceso.
Se tomo en cuenta que en Bolivia se desarrollan importantes iniciativas de comunicación propia como la existencia del Sistema Plurinacional de Comunicación Indigena Originario Campesino Intercultural y de la Agencia Plurinacional de Comunicación APC Bolivia y de una importante trayectoria de comunicacion audiovisual y televisión indígena, de CAIB, Coordinadora Audiovisual Indígena Originaria de Bolivia, asi como de la Red de Radios de Pueblos Originarios RPOs o la existencia de otras redes o colectivos.
Pre Cumbre de Comunicación en Bolivia en 2014.-
Objetivos.-
-Concretar un diagnostico de la situación de la comunicación indígena originaria campesina en Bolivia en función de su mayor fortalecimiento y articulación y a fin de reforzar su papel en el actual momento histórico social que vive el Estado Plurinacional.
-Analizar la realidad de los procesos de comunicación en el continente y el seguimiento a las recomendaciones y propuestas plasmadas en las Declaraciones de las 2 cumbre de comunicación previamente realizadas en Colombia (2010) y México (2013)
-Establecer un Plan de Trabajo del proceso preparatorio rumbo a la III Cumbre Continental a realizarse en Bolivia en 2016, asignando plazos, tareas y responsabilidades claras.
Sede, Participantes y fecha de la Pre Cumbre.-
La sede de la Pre Cumbre ha sido fijada en la ciudad de Cochabamba por considerarse que es el espacio mas apropiado parta facilitar la asistencia de las y los delegados a la Pre Cumbre.
La fecha de la Pre Cumbre se ha definido a realizarse entre el 17 y 20 de septiembre de 2014, de acuerdo al siguiente detalle:
17 y 18 de septiembre: Pre Cumbre Nacional. 2 dias destinados a desarrollar los temas que tienen que ver con el diagnostico de situación y articulaciones entre los procesos de comunicación en Bolivia.
19 y 20 de septiembre: Pre Cumbre Internacional. 2 días para analizar la situación de la comunicación indígena en el continente, los acuerdos y recomendaciones emanadas de las 2 cumbres anteriores y desarrollar el primer Plan de Trabajo de la etapa preparatoria.
Actividades complementarias: Muestra Internacional de Cine Indígena y Feria Intercultural de Comunicación a fin de abrir espacios de intercambio y exposición desde diferentes experiencias y países.
Plazo de Registro de experiencias: 20 de agosto de 2014.
Numero de asistentes: Se ha definido que para esta actividad se pueda contar con la presencia de 200 delegados y delegadas. 150 de Bolivia y 50 de otros países del continente.
Convocantes: Organizaciones nacionales del Pacto de Unidad.
Comité Organizador: a la cabeza de las mencionadas organizaciones
CAIB, Coordinadora Audiovisual Indígena Originaria de Bolivia
CEFREC
TEMATICAS PLANTEADAS PARA TRABAJAR EN EL PROCESO PRE CUMBRE Y CUMBRE:
DIAGNOSTICO DE LA COMUNICACIÓN INDIGENA ORIGINARIA CAMPESINA EN BOLIVIA (y en el proceso del SISTEMA PLURINACIONAL DE COMUNICACIÓN, INSTITUCIONES, ESTADO Y A NIVEL GENERAL)
PROCESOS EMPODERAMIENTO NUEVAS TECNOLOGIAS NTICS
LEGISLACION N COMUNICACIÓN, AVANCES, RETOS
GENERO Y COMUNICACIÓN
COMUNICACIÓN Y DESARROLLO
LEGISLACION INTERNACIONAL
TECNOLOGIAS, COMUNICACIÓN Y PUEBLOS INDIGENAS RETOS Y DESAFIOS DE LA COMUNICACIÓN INDIGENA
COMUNICACIÓN Y DESCOLONIZACION
Coordinaciones en el marco internacional.-
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Unidad Tierra y Cultura
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miércoles, 20 de agosto de 2014

Los guaraníes, el cine y Valdivia

El autor de este ensayo —profesor universitario en EEUU— sostiene que ‘Yvy Maraey’ renueva el indigenismo cinematográfico boliviano

La Razón (Edición Impresa) / Leonardo García Pabón - Universidad de Oregon
00:00 / 17 de agosto de 2014
Es realmente reconfortante, en el mundo del cine boliviano, descubrir una película que sobresale muy por encima de todo lo producido desde La nación clandestina (1990) de Jorge Sanjinés. Y cuando una obra cinematográfica (o literaria, o pictórica, o musical) alcanza niveles de calidad más que notables, hay que decirlo en voz alta y sin mezquindades: Yvy Maraey-Tierra sin mal (2013) de Juan Carlos Valdivia es una hermosa película, magnífica a todo nivel. Yvy Maraey-Tierra sin mal es, para mí, la mejor película boliviana de los últimos 23 años. Para comenzar, es de un cuidado profesional admirable. Guión, fotografía, actuación, dirección, producción y todos los aspectos de esta película son impecables. Se debe enfatizar sobre todo la actuación, un defecto perenne del cine boliviano. Actores principales y secundarios mantienen un nivel de actuación admirable. Así los personajes y las escenas son creíbles; los diálogos no suenan falsos; la energía de los actores se transmite entre ellos y a los espectadores. Pero también la fotografía es excelente: los paisajes del Chaco boliviano son sobrecogedores. Y para terminar estas primeras impresiones digamos que el guión armoniza, con un ritmo y una cadencia consumados, el mundo geográfico y cultural del mundo guaraní con la revelación de las interioridades de los protagonistas de la película.
INDIGENISMO. Yvy Maraey es una película que se podría clasificar dentro del indigenismo cinematográfico boliviano, pero solo en la medida en que lo renueva y, de alguna manera, desplaza completamente la representación del indígena y renueva el diálogo de la cultura occidental con las culturas indígenas. Yvy Maraey inaugura en el cine una nueva manera de ver, pensar, hablar con el indígena en Bolivia. No es casual que el film se centre en los guaraníes y no en las etnias dominantes como la aymara y la quechua. Pues al hacer de los guaraníes su foco de atención, YvyMaraey muestra que el cine indigenista referido exclusivamente a las etnias andinas, y que por décadas era considerada la autoridad de la representación de la situación del mundo indígena en la sociedad boliviana, en el siglo XXI, es solo una provincia de la diversidad cultural boliviana.
No trato de quitar ningún mérito a la obra de Jorge Sanjinés, el gran representante del indigenismo cinematográfico boliviano (y latinoamericano), sino señalar que la obra de Valdivia trasciende y supera los parámetros en los que Sanjinés basaba su obra, para ampliar y complejizar la forma de representar el mundo indígena en sus relaciones con el mundo criollo boliviano. En nuestra literatura Alcides Arguedas funda el indigenismo literario con Wuata Wuara (1904) y Raza de bronce (1919) —y cuya continuación cinematográfica es Ukamau (1966) de Sanjinés—, y Jaime Saenz lo cierra con su ensayo El aparapita (1968), que es la representación del indio ya no en el campo sino en la ciudad, del indio devenido habitante urbano. Algo similar ocurre con la película de Valdivia: cierra un ciclo del indigenismo cinematográfico, el de Sanjinés, que ahora deberemos llamar tradicional, para abrir un mundo vasto de nuevas miradas cinematográficas sobre las relaciones interculturales en Bolivia.
El argumento de YvyMaraey es el viaje de Andrés, un cineasta, al Chaco boliviano motivado por su deseo de hacer una película sobre los guaraníes. Este viaje tiene dos caras: una, el viaje geográfico; y la otra, el viaje de búsqueda interior del protagonista. El origen del interés de Andrés en los guaraníes es otra película, unos fragmentos de un supuesto documental filmado al comienzo del siglo XX, hacia 1910, por el antropólogo sueco Erland Nordenskiöld (1877-1932). Las imágenes de Nordenskiöld mostrarían el lugar de uno de los mitos fundacionales de los guaraníes: la tierra sin mal. Esta tierra es un lugar utópico donde se viviría en abundancia, sin enfermedades, ni carencias. Se puede señalar, desde el inicio de la película, dos características importantes: una, la intertextualidad en la película de Valdivia, es decir, el diálogo entre textos fílmicos, a saber, una película documental motiva la creación de otra película. Esto se traducirá, como veremos más adelante, en una reflexión sobre el cine como lenguaje que busca representar al indígena. El otro aspecto es la búsqueda personal del protagonista de una tierra sin mal, de un espacio mítico y utópico que tendría respuestas para cierta inquietud existencial de Andrés. En ese espacio mítico y utópico viviría un ser humano también “sin mal”, algo así como un buen salvaje que, quizás, le proveería al cineasta con algunas de las respuestas que espera encontrar.
En este sentido, la película de Valdivia retoma un tema tan antiguo como la existencia misma de Latinoamérica. Recordemos que el buen salvaje es una invención de la mirada europea sobre los indígenas americanos que ya está en el Diario de a bordo de Cristóbal Colón, como han señalado Tzvetan Todorov  y otros estudiosos. Las imágenes del documental de Nordenskiöld parecen repetir esta imagen del indígena como un buen salvaje en su paraíso precolombino. Pero Valdivia no repite esa mirada eurocéntrica, sino que la desmonta, la deconstruye. Su mirada a los guaraníes está más cerca del relato de Alvar Núñez Cabeza de Vaca sobre su estadía de cerca de ocho años (1528-1537) con los indios del sur de lo que hoy es Estados Unidos. Naufragios (1542) es considerado uno de los primeros textos antropológicos sobre los indígenas americanos, pero es también el primer testimonio de la asimilación de un europeo a las culturas indígenas.
A diferencia de la mayoría de las crónicas de la conquista que miraban al indígena como un buen salvaje que podía ser asimilado a la civilización europea (por supuesto, sin preguntarle si estaban de acuerdo), o como un mal salvaje (agresivo, caníbal, inhumano) que debía ser combatido y exterminado o esclavizado, Cabeza de Vaca, al fracasar su expedición de conquista, debe aprender la vida, lengua y cultura de varias tribus de la región para asegurar su sobrevivencia. Su aprendizaje y asimilación de las culturas indígenas lo transforman de tal manera que jamás puede volver a ser un español tradicional, es decir, eurocéntrico, conquistador, cruel, codicioso.
Éste es el tema de Yvy Maraey, la transformación del protagonista, un citadino, Andrés, un karaí como lo llaman en guaraní, en indio, por la comprensión y vivencia de esa cultura. Aunque el argumento está centrado en el viaje de búsqueda, descubrimiento y transformación del cineasta, su guía, Yari, quien parecería no estar en un proceso de búsqueda similar, acaba descubriendo aspectos de sí mismo desconocidos o reprimidos, y algunos de sus propios prejuicios sobre los karaí como Andrés. Así Valdivia le da una vuelta más al tema: no solo el karaí Andrés sufre las consecuencias de ese viaje de transformación e iniciación, sino que su guía, Yari, un guaraní, también lo hace. Este debe aprender que ese karaí no es solo un blanquito citadino del que uno se puede y debe aprovechar, sino que es un ser humano, tan humano como cualquier guaraní. Así pues Yari tiene algo que aprender de Andrés, como éste de aquél.
La relación entre los dos protagonistas es, pues, de espejo. Su convenio contractual inicial, de relación de trabajo, ser uno guía del otro, se convierte poco a poco, en relación de desafío y afirmación así como de cuestionamiento de sus respectivas identidades, para transformarse en amistad profunda que no borra similitudes ni diferencias. Ésta es la discusión crítica de la película: qué significa reconocer al otro, al de otra cultura, de otra lengua y otras creencias; cómo lograr de verdad ese tópico, tan manoseado hoy en día, como es el de la convivencia en la diversidad cultural. El aporte de Valdivia es el de enraizar esa discusión sociológica y política, fuertemente ideológica, en la realidad de dos seres humanos, dos bolivianos en muchos aspectos absolutamente distantes, que buscando respuestas a sus propias inquietudes, las descubren en el otro, en ese otro inicialmente despreciado o resentido.
Existe una expresión en inglés, to go native, nacida del trabajo antropológico de campo, que se refiere en términos amplios a que para comprender de verdad una cultura hay que llegar a ser “nativo”, volverse indígena. Se podría pensar que para llegar a la tierra sin mal haría falta una transformación tan profunda que sería una especie de going native. Y, en efecto, la película parecería estar centrada en la pregunta de si puede el karaí volverse guaraní o no. Pero Valdivia plantea algo menos ideológico que el going native y esencialmente más humano. Deja de lado, pues, esas discusiones antropológicas que han oscurecido muchas veces las relaciones entre diferentes culturas y se centra en cómo dos personajes de culturas diferentes construyen su relación personal. Por eso la película enfatiza no tanto los modos y peculiaridades de esas identidades, a pesar de que se nos muestra en casi todo el film variedad de aspectos de las culturas orientales de Bolivia, sino el que individuos de diferentes culturas pueden establecer relaciones que les permitan conocerse, superar estereotipos creados desde la Colonia, para poder hablarse, quererse, cuidarse. No el mantenimiento colonial del dominio de lo occidental sobre lo indígena, ni la revancha del indígena sobre el opresor de siglos, ni siquiera una hermandad al estilo del padre Las Casas o de las misiones jesuíticas, sino un enfrentamiento crítico y amoroso, como el de la verdadera amistad.
Ahora bien, Yvy Maraey no es una simple historia de amistad. Es cierto, al final de la película los protagonistas son amigos, pero son algo más, pues ha ocurrido una transformación espiritual.
Hacia el final del viaje, Andrés enferma y Yari tiene que curarlo. Pero para que Yari pueda curarlo, debe reconocer y aceptar plenamente su condición de guaraní que parece haber perdido en parte viviendo en la ciudad. Este reconocimiento de su identidad guaraní es asumir la tradición chamánica de su familia y oficiar de médico chamán. El reconocimiento de lo más profundo de su cultura, su creencia religiosa, es requisito para salvar de la muerte al que está deviniendo su amigo. Entonces la relación entre ambos es más profunda que la de simple amistad pues tiene que ver con la vida y la muerte. En este sentido, el viaje de los dos protagonistas es un viaje iniciático, de descubrimiento espiritual. Para volver a Cabeza de Vaca, una de las transformaciones más importantes de su viaje es justamente cuando ese cristiano conquistador debe convertirse en chamán indígena para curar enfermos y resucitar muertos mezclando su fe cristiana con el rito chamánico indígena. De forma similar pero, otra vez con una vuelta más en la película de Valdivia, es Yari quien debe aceptar su condición religiosa guaraní para salvar a su amigo karaí, quien está aferrado con desesperación a su tradición de médicos occidentales y pide que lo lleven a un hospital. Es como si Yari debiera asumir la fe de los dos para que el acto chamánico sea efectivo y Andrés no muera.
La relación entre esos dos bolivianos cambia de una de contrato utilitario comercial a una de amistad y hermandad profunda. Ambos han descubierto al “otro”, y han podido trascender sus propias subjetividades, quizás a la manera como Emmanuel Levinas lo explica. Este filósofo judío-francés entiende que nada hay tan afectivamente turbador para una conciencia que encontrar a otra persona, al otro. Este encuentro, un mirarse cara a cara, demanda una respuesta y esa respuesta es el comienzo de un diálogo que es el inicio de la intersubjetividad, es decir de la responsabilidad como experiencia afectiva inmediata de trascendencia y fraternidad. Carlos Fuentes en El tuerto es rey (1970) expresaba una idea similar: “amar es ser responsable del otro”. Y desde el momento de la curación chamánica, hay un lazo entre ambos que es de profundo amor y responsabilidad del uno por el otro.
CINE. Otro aspecto importante de Yvy Maraey es la reflexión sobre los lenguajes representativos. Como ya señalamos, es una película con un intertexto literario fuerte. Baste mencionar, además de los trabajos del antropólogo Nordenskiöld, el relato en voz-off de los mitos guaraníes (que implica una larga bibliografía de estudios sobre los guaraníes) y las imágenes de textos que escribe Andrés con una lujosa plumafuente en hojas que luego recorta y forma como una especie de collage de frases. Pero hay también en Yvy Maraey una dimensión metalingüística, es decir, una reflexión cinematográfica sobre el hecho mismo de hacer cine y, en especial, de la validez del cine (o de cualquier otro lenguaje simbólico) para hablar de culturas como las guaraníes sin ser instrumentos de contaminación y destrucción.
La reflexión de Valdivia escapa a la tradicional discusión de que si solo los indios deberían hablar de los indios dada la inevitable relación colonial entre culturas occidentales u occidentalizadas y culturas indígenas. En uno de sus momentos más irónicos, posmodernos, siglo XXI, el realizador asediado por estas dudas de que si su posible película sobre los guaraníes tal vez participe en la destrucción de esa cultura, encuentra en mitad de la selva a un grupo de jóvenes guaraníes que ya están haciendo su propia película sobre los guaraníes, y sin preocuparse mucho de discusiones teóricas sobre representación simbólica e indígenas.
Comparado con la preocupación de Sanjinés, en los años 70 del siglo pasado, por la creación de un lenguaje cinematográfico que reflejara el pensamiento aymara o quechua, la libertad de estos jóvenes indios hablando de sí mismos por medio de un lenguaje cinematográfico tomado directamente de Hollywood, como sugieren las imágenes de su película, es maravillosamente refrescante. Es quizás el momento de afirmación más fuerte de la película sobre la libertad de los pueblos de hacer y contar su historia. Si unos jóvenes guaraníes, educados en la cultura occidental boliviana, quieren contar su historia con los instrumentos y lenguajes occidentales que han aprendido y que aman, ¿quién (o qué ideología) tiene derecho a decirles que no lo hagan?
Los lenguajes representativos son un tema importante de la película de Valdivia, pero también lo es el lenguaje como comunicación. En otro momento irónico de la película, en un encuentro entre indios aymaras y los protagonistas, la comunicación debe realizarse en castellano. Ni los aymaras entienden guaraní ni Yari ni Andrés entienden aymara. Ningún lenguaje en sí es más importante que los demás, su importancia radica en su capacidad de comunicación, y ahí el castellano tiene un sitio privilegiado en la sociedad boliviana. Asimismo la idea del lenguaje indígena como tesoro de verdades y poderes absolutos se viene abajo en otra escena, cuando Andrés revela ante una comunidad guaraní, y para la sorpresa de Yari, que él sabe hablar guaraní, y que es tan bilingüe como su guía.
Para terminar, quiero señalar el final abierto de Yvy Maraey. Un protagonista interesante de la película es el vehículo, un moderno y lujoso Jeep Wrangler 4x4 que les sirve a Andrés y Yari para internarse en el mundo guaraní, por caminos apenas abiertos en la selva. Cabe recordar todas las connotaciones sociales y cinematográficas de los vehículos motorizados. Socialmente, en Bolivia van desde símbolos de estatus social y económico hasta de poder político y sindical (el poder de los transportistas en Bolivia es bien conocido, por ejemplo). Cinematográficamente, en el mundo occidental, la lista de películas que tienen a autos y camiones como elementos de sus tramas es larguísima; en Bolivia, se me vienen a la memoria dos películas: Mi socio (1982) de Paolo Agazzi, y Cuestión de fe (1995) de Marcos Loayza.
En Yvy Maraey, el vehículo motorizado es un instrumento esencial para el viaje pero es también objeto de discordia entre los protagonistas. Yari exige que se le dé uso público, a lo cual a veces accede Andrés, pero a veces no. Esta negativa ocasiona una de las rupturas más radicales entre los dos. A pesar de estos incidentes, gracias a este vehículo pueden llegar a lo más recóndito de la selva guaraní. Pero allí lo deben dejar para iniciar a pie el tramo final del viaje, el que los lleve al mundo de la tierra sin mal. A la vuelta de ese recorrido final, encuentran que el coche ha sido desarmado por un grupo de indígenas: está sin puertas, ni ruedas, ni luces. Pero nada se ha robado, contrariamente a lo que se esperaría en Bolivia, donde un coche abandonado sería presa fácil de los ladrones.
FINAL. Los indígenas están ahí, rodeados de un coche que han desarmado sin finalidad utilitaria aparente, transformado en parte de la selva. Una puerta, por ejemplo, cuelga de una rama. No se trata de un acto de destrucción, ni de aprovechamiento económico, sino de una metáfora de todo aquello que la película ha ido mostrando: la deconstrucción de una serie de supuestos y estereotipos de la sociedad boliviana, desde la idea del indio como buen salvaje hasta aquella de que los karaís son a priori incapaces de entender a los indios.
¿Se podrá armar de nuevo ese vehículo para retornar y contar esta experiencia que han vivido juntos karaís y guaraníes? Esta imagen del auto desarmado que cierra Yvy Maraey es una pregunta que deja Valdivia a los espectadores. La respuesta está, sin duda, en cómo la sociedad boliviana quiera rearmarse, reinventarse a sí misma, en estas épocas de supuesto cambio.

FUENTE: LA-RAZON.COM

http://www.la-razon.com/suplementos/tendencias/guaranies-cine-Valdivia_0_2107589318.html